Uno de los desafíos más prominentes al perseguir una alimentación equilibrada radica en adiestrar nuestro organismo para resistir los embates voraces de la gula que nos acechan a lo largo del día.
Cuando nos vemos acosados por un hambre incontrolable, es crucial comprender que esta respuesta está arraigada en emociones ansiosas, las cuales sí podemos someter a nuestra voluntad sin necesidad de renunciar a la ingesta alimentaria.
Además, es relevante tener en cuenta que en esos momentos de urgencia no nos inclinamos hacia alimentos saludables, sino hacia aquellos ricos en calorías, lo que justifica el deseo irrefrenable de saborear algo dulce, un rasgo habitual en los casos de ansiedad alimentaria.
Aunque el azúcar puede mitigar momentáneamente la ansiedad, excedernos en su consumo es insalubre y poco recomendable, ya que sabemos que este compuesto experimenta un proceso metabólico al ingresar a nuestro organismo y se transforma en adiposidad.
Por ende, resulta prudente familiarizarnos con algunas estrategias para dominar estos arrebatos de ansiedad alimentaria; la clave reside en abordar las causas subyacentes de dicha ansiedad, es decir, las emociones que nos incitan a comer de manera compulsiva.
No obstante, el truco consiste en avanzar paso a paso, habituando gradualmente nuestro cuerpo a una serie de ingestas controladas, en cuanto a horarios y proporciones, aunque este proceso no carece de obstáculos que a menudo nos persuaden de abandonarlo.
Estrategias para mantener el apetito a raya
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1.- Fomentar la autoestima:
Más allá de una artimaña, este proceso radica en la razón auténtica que nos motivará a evitar la alimentación compulsiva. La percepción que tenemos de nosotros mismos reviste una importancia crucial en todos los aspectos de nuestra vida, incluida la reducción de la ansiedad alimentaria.
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2.- Portar botellitas de agua:
Mantener a su alcance agua y consumirla esencial. Este líquido es fundamental para depurar el organismo, prevenir la retención de líquidos y ejerce un efecto saciante, contribuyendo a aplacar la ansiedad por comer.
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3.- Disponer de yogures descremados:
Mantener en existencia yogures descremados que pueda consumir a voluntad. Además, enriquecer su dieta con mayor cantidad de fibra resulta recomendable. La fibra no solo potencia la salud intestinal, sino que también induce una sensación de saciedad, contrarrestando las ansias de comer por motivos ansiosos. Puede optar por pan integral, cereales y legumbres, que constituyen fuentes de fibra en su dieta habitual, sin olvidar incorporar frutas y verduras.
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4.- Incluir sopas o ensaladas antes de las comidas principales:
Antes del almuerzo o la cena, consúmase una porción de sopa de verduras o una ensalada de vegetales crudos.
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5.- Seleccionar postres saludables:
Mantenga siempre a mano frutas frescas, gelatinas bajas en calorías con frutas o ensaladas de frutas sin azúcar, así como barritas de cereal con bajo contenido calórico.
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6.- Saborear las comidas sin prisas:
Es fundamental ingerir los alimentos sin prisas, tomándose el tiempo necesario para disfrutar de cada bocado. Comer pausadamente no solo favorece la digestión, sino que también intensifica la sensación de saciedad, disminuyendo el deseo de continuar comiendo.
¿Qué alimentos combaten la ansiedad?
El mayor antagonista de la ansiedad es la sensación de hambre. Cuántas veces hemos abandonado nuestra morada sin haber desayunado y terminamos devorando lo primero que encontramos en la calle durante el almuerzo.
Para contrarrestar este flagelo, es crucial consumir alimentos ricos en magnesio, el cual, gracias a sus propiedades relajantes, mantiene el ritmo cardíaco en equilibrio, así como vitaminas del complejo B, que intervienen en la síntesis de serotonina y, por tanto, ostentan un papel vital en la salud emocional y neurológica.
Asimismo, el triptófano, un aminoácido constituyente de las proteínas, resulta esencial para mantener estables los niveles de serotonina en el organismo.
A continuación, te presento una serie de recomendaciones que pueden contribuir a que la ansiedad no nos conduzca a ingerir alimentos inapropiados:
- Favorecer los alimentos naturales: En los momentos de ansiedad, la elección ideal recae en alimentos naturales como frutas, verduras, yogures descremados, quesos bajos en grasa, postres dietéticos, gelatina dietética y sopas de baja carga calórica.
- Abstenerse de comestibles hipercalóricos: Si ya se encuentra bajo un tratamiento nutricional, es aconsejable abastecer su refrigerador con alimentos bajos en calorías y permitidos, tal como se mencionó anteriormente. Evite adquirir galletas o snacks, puesto que en algún momento estos se convertirán en una tentación, especialmente si carece de autocontrol en cuanto a la cantidad ingerida.
- Mantener una frecuencia de comidas regulares: Evite prolongados lapsos sin alimentarse, ya que en estas circunstancias, al sentarse a la mesa, se inclina a consumir lo primero que esté a su alcance sin considerar su idoneidad.
- Realizar compras con el estómago satisfecho: Al efectuar compras en el supermercado, asegúrese de haber comido previamente, ya que visitar dicho establecimiento con el estómago vacío puede conducir a la adquisición de productos tentadores que satisfacen gustos personales pero que podrían no ser saludables.
- Caminar para resistir la tentación: En momentos de ansiedad por comer, optar por dar un paseo antes de sucumbir a la tentación alimentaria no solo ayuda a controlarla, sino que también contribuye a perder peso de manera más rápida y saludable.